Poemas


I
La hora de concebir




El silencio se desliza por el lánguido bullicio que produce mi caminar

Donde las estrellas rodean mi cabeza, entran por mis oídos y salen por mi boca
Por los rincones de mi esfera abarrotada sólo percibo mi reflejo y mi sombra
Avanzo y no puedo ver ni oír persona que sea capaz de hacerme escuchar
Cuerpos con los que pueda chocar, ni almas que yo pueda tocar

Estoy cansada de verme y estoy cansada de escucharlos
Abro la ventana y pronto me abandona el frío agotado
Entrando en su lugar llega una fuerte brisa de pigmentos sabios
Que con el cielo más azul, y la arena más blanca
Me anuncian la hora del comienzo y el final de la calma

Con mi mente dibujo una línea de sueños hasta la palma de mi mano
Lugar donde brota la sangre y se disparan mis tendones no humanos
Cae al suelo querida mancha y ábrete al mundo con negro pelaje
Con garra mortífera, orden y acatamiento, encamínate con devoción
Que ya es el momento del viaje, ya es la hora de tu misión

Sorpresa ante mis pupilas, me entregas tus esferas
Juramento, pacto enloquecido
Ahora mismo, de mi sangre has nacido



II
Canto


Manifiéstate callado desde el vórtice hasta la superficie de la arena
Con tu sombría mano toma un puñado y déjala escurrir entre tus garras
¡Mira! Observa con tu tacto cómo va pasando el tiempo y cuál es la condena
De esos granos que vuelven a caer una y otra vez sin un poco de esperanza

¿Qué sucede en donde viven los hechos?
Corren las palabras, se lanzan las mentiras
Huyen las acciones, reina la poesía
Se cubre todo con manto de alegría


Batallador, comienza la lucha
Tráeme esos huesos, tráeme sus heridas de recuerdo
Regálame la melodía de tu sangrienta danza
Entrégame el silencio de tus cuencas
Y la música desde tu garganta

Dime lo que sientes y te diré qué veo

¿Cómo caminarán sin piernas? Ustedes se sentirán muertos
¿Cómo se levantarán sin brazos? Ustedes ya no mirarán
¿Cómo juzgarán sus lenguas? Ustedes siempre fueron ciegos

¡Necios!
Aún pueden abrir sus párpados
Y ver sin ojos a su alrededor
Adivino no, veo su interior
Esferas transparentes
Díganme más de lo que son capaces de oír, de ver, de sentir.
Reiré sus penas, lloraré sus alegrías
Me disfrazaré con sus ropas y me ocultaré en el viento.

Batallador, clava tu espada
Tráeme esa carne, concédeme la sangre
Regálame el color de tu dulce danza
Entrégame la textura de tu voz muda
Y otórgame tu cristalina gracia

Dime una palabra y se hará realidad

Ladrón a la luz de un sueño
Del polvo saca tus garras
Atrápalos, y tráeme sus ojos de recuerdo.



III
Para un grano sin tierra


-Aroma a carne podrida
Sigue las huellas de lepra hasta el fondo de su abismo
¡Destruye aquello que palpita!
Rasguña, retuerce, revienta a quien te humilló
Y te acarició con el roce de sus espinas
Ensangrentadas con tus dulces lágrimas
Amargas gotas de sudor

-Abertura de sensación enfocada a lo mismo de siempre
Libera esas ideas volátiles, resérvaselas al desierto
Tú no ves más que los segundos del tiempo

Anoréxica hambruna de odio dentro de tu pozo sin fondo
Con una eterna angustia envuelta en libertad encadenada
Jugaste a un sucio desempolvo

Puño de sanguijuela al centro de la gravedad
Dolor, insisto. Leída fuente de ignorancia
Bebe un poco de la sabiduría que trae consigo la verdad

Te reflejabas diamante, piedra de río
Arrastrada por la corriente
Boca vertiente ahogado en tu propia sangre

¡Espía! No dejes de descifrar la caída
De aquel que transforma lo que dice
Quien no se guarda lo que dije

Eco mío de voz ¿Dónde estás?
Singular melodía
Mis oídos no se cansaban
Mi alma estaba agotada

Cuerpo receptor de cobardía
Ni la cáscara de orgullo sobre brotes de bondad
Bajo las pieles te escondiste
Duerme en tu soledad y sueña con tu propio espejo
Ladrón de ojos en tu ventana

Del viento saca tus garras
Atrápalo
Quítale sus manos
Y tráeme sus ojos de recuerdo.-



V
La Imagen de Marlon

El Creador Menor

En la intriga de mis manos por tan apacible barro
No construyo, sino descubro una silueta, mi razón
Cuerpo que cobra vida al son de mis dedos vagos
La última esperanza para mis ojos me habló sin voz
Y sin dudarlo, era la visión del Creador Menor

La nutrida historia de una misteriosa deidad
El andrógino purpúreo, mejillas de sangre
Con lumínicos cabellos en pinceles eternos
Y tus cantos inmortales; caricias de la Verdad

El reventar de tus zarpas concluye con el aplauso de nuestras palmas
Y con el dulzor de nuestro pacto dibuja nuestras mentes, reflejo del alma

Soy lo mismo que has sentido a tu alrededor
El susurro que despierta el descanso de la luz
El padre de las montañas, las aguas, la flor
El respiro de las sombras al acecho del color

Ojo de ámbar, el resplandor de Ascanos
Vestido de amor en el perpetuo amanecer
Su fulgor me dijo que reflejara sus manos
Ustedes son todos pequeños del hacer
Con una infinidad de voces a su disposición
Tomen su cincel y comiencen la adoración

Los ríos claman y vencen la gravedad
Tu locura es nuestra belleza
La infinita nebulosa del Vientre

Tiembla la aberración al oír tu nombre
En un pozo de historias de carne en hombre
El sonriente sanar del amor
Era ciego antes de creerle a su silencio
Y sin dudarlo, era la visión del Creador Menor

Valor en las líneas de luz para el rincón de tu mente
Que las sombras de la luna no te iluminen
Hacia el claroscuro portal del espejo



VII
Ojos de Infinito


Encuentro cercano del ocho dormido
- Sí, tropecé con dos joyas en tierra de bandidos
No cayó color de las cuencas que no se presentaron
No habían infecciones de vidas, ni muertes asaltaron
Tesoro a los pies del camino
sin necesidad de lanzar una red
Ten ya estos diamantes pulidos
Invisibles vetas
para quienes volaban como roca al viento

- Ojos del infinito murmurar
que acalla en estrellas bajo mi nombre
El reflejo esporádico de mis manos
canta dibujos en la historia de tu nombre
Y las estrofas de miedo cuajado
Desaparecen como condenas de todos sus nombres

Los hielos culminan
Calor se dicta en las venas
Mientras el tiempo se acelera
Se derriten los polos
Las noches se iluminan

- No hay brillo de luna ni perlas si no hay Sol

Para entender tu iris necesito un observatorio
Mi lente escupe impresiones de fuego acuoso
al momento que el túnel de tu ojo
lanza alfileres de miedo
y se oculta tras las cortinas de párpado
Mi soplo levanta las sábanas
y el brillo de tu lágrima se asoma
por la apariencia del sucio esclerótico
Tu blanca calma me sonríe, aterriza en mis manos
y riega mis raíces

- ¡Una rosa emplumada vuelve a reír!



1706210



Esbozo de humano carbonizado de cuerpo enjuto
Hermano de la sombra y su frustrado deseo de lo impalpable
Tropiezo con la mano inerte del grisáceo huésped de lo oscuro
¿Dónde han quedado las maravillas?
En esta tierra agonizante veo gritos y un susurro
Junto a un silencio cegador que me acecha desde lo profundo

…Pronto me surgen respuestas de las cuales no hallo preguntas…

El caos reina una vez más dentro de ti
Al momento de abrir mis ojos me doy cuenta del tormentoso final
Nunca había visto mis brazos tan lejos
Y mira, ¡tus piernas se han desintegrado!

Respiro polvo de autocremación de las miles de sombras sin nombre
Cuando camino por los oxidados suelos de una tierra sin dueño
Fuego aniquilador, destructor, no quemes mi torso sin cortes
Dispuesto a rasgarse en cuanto vean los senderos quebradizos
Y sus almas caer a través de las grietas sin un rastro de consuelo

Torturados por sus propios sentidos
Condenados por nadie más que ellos mismos
Nuestras huellas nos delatan a los cuerpos callados
En esta tierra ya sin patrono, sin fe, sin valor, sin tesoros
Tan sólo tú y yo hemos quedado

Demacrados edificios, narren a sus engendros
Escriban la historia con el carbón de sus estructuras
Díganle a la posteridad, cuáles fueron sus sueños

Alma con culpa de canto autosilenciado
Con tu espada no asfixiaste a aquellas ánimas
Esquivaste la malicia y te apoyaste en tus heridas
Sangro partículas de lágrima
Cuando me auxilias con tu mano afilada

Ven, ponte de pie

Óyeme con atención, tú, capitán de mi sombra
Siento la energía de un relámpago
Cuando la sangre refleja en el pasado dulce e incolora
Mi casta de doscientos mil pájaros

Sogas lanzadas hacia lo eterno estrechan en los valles la locura de los sensatos
Me tomaron por loca
Pero mi cuerda sigue ahí lista para que emprenda un ascenso de esperanza
Desde una tierra que descartó a los cuerpos desdichados
Hasta un escenario de confianza donde existe el oro
A pesar de que aún lo veo esmeralda, pronto veré la plata

Blanquecina luz, ilumina mis párpados
¡Destruye el miedo de mis temores!
Grita mis agudos ahogos bárbaros
Quiebra mi cápsula de cristal

Ven, vamos

Abro la cortina del polvo de los muertos
Y mis sentidos por primera vez no son percibidos por mi cuerpo
Reluce brillante el blindaje antipútrido
Mi espíritu oye y ve lo que el futuro grita con canto de júbilo

Estas huellas son las que describen la gloria de dos pares de pies
Donde para quienes hubo fría destrucción
Para nuestros anhelos hay amable sentencia
Dulces notas de conciencia purificada
Noble, bendita, limpia, enfermiza canción

Y aún siento sin la necesidad de un cuerpo
Que no me ató

Cadáver de la sombra cristalizado
Forma parte de tu tierra
Tu alma queda aprisionada en los hielos
De un infierno eternamente congelado

Espíritu mío, sube por la cuerda.

Ven, vamos.